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Crítica de Cine | ‘Star Wars Episodio VI: El Retorno del Jedi’

Y llegamos, por fin, a la conclusión de la saga galáctica, al menos hasta ahora, claro. Tras un inicio de aventura bastante disfrutable y una secuela sublime en todos los aspectos, nos encontramos con un broche que, si bien no es de oro, sí que se gana la plata. ‘Star Wars Episodio VI: El Retorno del Jedi’ es la cinta que tuvo en 1983 la misión de cerrar una epopeya que iba a quedarse en una trilogía, por lo que la cosa debía quedar por todo lo alto. ¿Lo consiguió? Pues bueno, no llega a lo magistral de ‘El Imperio Contraataca’, pero sí que es un poco mejor que ‘Una Nueva Esperanza’. El problema que le achacan muchos es que es la menos inspirada de las tres, y puede que tengan razón, pero aun así es un film que está lleno de diversión, y de emoción hacia el acto final, con un desenlace que hará que queramos aplaudir cuando aparezcan los créditos. Y aunque podría ser mejor, creo que eso último era lo necesario para el término de esta saga. El final que todos conocemos. El desenlace de la magia de ‘Star Wars’ hasta el momento.

El rescate de Han se alarga demasiado, pero aun así no te quedas dormido como Jabba

Tras quedar nuestros héroes como quedaron al final de la anterior película, cuatro son las claves que tenía que tratar este film para cerrarlo todo correctamente: el rescate de Han, la ascensión de Luke en Caballero Jedi en su totalidad, el pequeño misterio sobre «el otro Skywalker» que se dejó caer en ‘El Imperio Contraataca’ y la derrota total de Vader y el Imperio. Cuatro puntos que podrían haber dado mucha más miga de la que tenemos aquí, sobre todo los tres últimos, pero que aun así se tratan mínimamente, algunos de una forma más satisfactoria o potente que otros. Todo lo demás es un poco relleno. Decía que una de las críticas más sonadas sobre el film era lo poco inspirado que era para ser el término de la saga. Elementos como la construcción de una segunda Estrella de la Muerte (con un aspecto más amenazador, todo sea dicho), la batalla con los Ewoks o un rescate innecesariamente largo, son prueba de ello. Pero, qué queréis que os diga, todo es tremendamente divertido. Excepto la parte pre-clímax en Endor, que, pese al momento de las motos, es más pausada, el ritmo es genial, y pocas veces se resiente.
Comenzamos con el ya mencionado rescate de Han, una primera parte que aunque se alarga más de lo necesario sirve para dos cosas: lo primero y básico, rescatar a Han. El trío tenía que volverse a reunir tras el desolador final de la anterior cinta, y aquí tenemos a un grupo que, por separado (un poco absurdo esto), intenta rescatarlo. El último en llegar es Luke, y aquí tenemos resuelta otra de las cuatro claves: no es el muchacho abatido y tullido que dejamos anteriormente. Aquí tenemos a un Caballero Jedi con todas las de la ley. Han pasado meses de entrenamiento con Yoda, y su poder y presencia han aumentado. Igualmente, su personalidad, más sensata, fría y pensativa ha cambiado (estupendo Hamill, que cambia de registro interpretando al mismo personaje a las mil maravillas). Desde el momento en el que, con un gesto de la mano, repele a dos guardias, nos damos cuenta de lo que ha mejorado. Su aspecto, vestido de una túnica negra (curioso que en todo el film vista de negro, color propio de los Sith. ¿Paralelismo con su padre?), también ayuda a crear esta sensación. El caso es que tras un plan cogido con pinzas en muchos aspectos, pero con una genial acción y en el que vemos a muchos personajes y criaturas como Jabba, el mítico Rancor o Boba Fett, se confirma lo que pensábamos sobre que Luke ya estaba listo para enfrentarse a Vader otra vez, en una emotiva escena con Yoda de por medio. Solamente queda dar el golpe final al Imperio…

No, Han, aunque lo parezca esto no es la sección de peluches de El Corte Inglés

Y de eso va el resto de la película. Tenemos a los rebeldes organizando el ataque a la segunda Estrella de la Muerte, y una incursión en la luna de Endor, donde ya he dicho que el ritmo se resiente un poco debido al infantilismo que lo impregna todo. Porque sí, los Ewoks son un poco plastas. No les tengo el odio que muchos les tienen, no son Jar Jar Binks, ni mucho menos. Son adorables hasta un punto. Más allá comienzan a tener demasiados minutos en pantalla y el espectador acaba cansándose de ellos. Igualmente, tampoco veo tan horrible el que venzan a las tropas imperiales. A pesar de su aspecto, son un pueblo feroz y tienen trampas por todo el terreno, el cual conocen muy bien. El problema de este asunto son los propios soldados imperiales, incapaces de hacerles frente. Es decir, a mí me ponen una mínima resistencia por su parte, o escenas en las que masacren a estos bichos, y yo compro sin dudarlo. Pero claro, de este modo sería más dramático y no tan light (como si fuese un problema, me remito a la anterior cinta). Además, en esta vertiente que es Endor, tanto en parte central como en clímax, los protagonistas son unos Han y Leia que, aunque siguen teniendo una tremenda química y siguen gustando al espectador, no están tan brillantes como anteriormente. No tienen momentos tan intensos que se puedan comparar al momento de la carbonita, por ejemplo, simplemente están allí porque se necesitaba una conexión con el conflicto en Endor. Y oye, genial, pero se queda en eso. Algo divertido, pero no tan impactante. Y para poco impactante la revelación del «otro Skywalker». Un asunto al que se le da carpetazo de una forma tan rápida como poco emocional, pues Luke expresa asombro, pero al otro implicado (de nuevo, aunque lo sabe todo el mundo me callo, por si acaso) le influye bastante poco.
Continuando con el clímax, además de la batalla en Endor, tenemos un ataque desesperado a la segunda Estrella de la Muerte, el cual nos da la sensación de que en todo momento va a acabar mal, y que sirve también para que sintamos más empatía por un sorprendentemente carismático Lando Calrissian (Billy Dee Williams). Y por si fuera poco, el combate de Luke contra Vader, por supuesto. Es decir, un clímax dividido en tres partes, el cual me vuelve loco: el intenso duelo de Luke, la espectacular batalla en el espacio y el menos impresionante pero igualmente divertido frente en Endor. Un subidón brutal, que era lo que necesitaba el final de esta saga, todo recreado con los mejores efectos especiales de la trilogía clásica. Todo alucinante, sin más.

Los mejores efectos de la trilogía… ¿y de la saga? Pues sin tanto CGI de por medio, posiblemente

Pero comentemos lo realmente jugoso de esta entrega. El conflicto de Luke y Vader (ciertos SPOILERS en este párrafo, ojo). No sólo el físico, que también, sino el emocional. Un choque en el que cada uno quiere atraer al otro hacia el lado en el que se encuentra, en el que ambos sienten un mínimo cariño por el contrario, pero en el que están inevitablemente destinados a enfrentarse. Aquí es donde se termina de profundizar en Vader, el cual sigue tan genial de villano como en la anterior parte, con el plus de que vemos que no sólo es maldad. Se preocupa realmente por su hijo, y quiere que se una a él para estar juntos. Lo de que sean órdenes del Emperador es sólo una excusa. Por eso cuando todo termina (paralelismo de la mano incluido) y Luke dice la frase que lo define como el Jedi definitivo, Vader se da cuenta de que nada tiene que hacer para atraerlo al Lado Oscuro… Y termina eligiendo entre él o el Emperador. Aquí es cuando Anakin por fin regresa, el verdadero retorno del Jedi (el título no va por Luke, aunque penséis que sí), un momento realmente intenso y emocionante. Como lo es el anterior combate con sables láser, de nuevo en la misma tónica que el de ‘El Imperio Contraataca’, con un añadido que es la música de Williams de fondo, que hará que se nos encoja el corazón. Todo ello presenciado por un Emperador al que aquí ya conocemos. No se profundiza mucho en él, ni falta que hace. Es el mal absoluto, tal cual. Su intimidante aspecto, sus intenciones, sus frases y sus risas nos lo dejan claro. Muy bien en el papel Ian McDiarmid, que haría mítico al personaje con tan pocos minutos en pantalla.
Y tras todo este conflicto tenemos un desenlace altamente emotivo, algo a lo que ayuda ese genial tema de los Ewoks (lo siento, pero me quedo con el de la nueva versión). Y tras eso, los créditos, y el espectador no puede más que aplaudir, siendo consciente de que ha presenciado el final de una de las sagas más míticas del cine. El final de la magia galáctica. El final de ‘Star Wars’…

Épico

…hasta ahora. Y es que 32 años después de este final y 10 desde el último contacto con la saga ha habido un despertar en la Fuerza, de la mano de J. J. Abrams, con la introducción de nuevos personajes y una nueva historia, y con el regreso del antiguo trío que salvó la galaxia. Las emociones están a flor de piel, y la expectación no podría ser más palpable. Próximamente comentaremos qué tal ha ido, de momento sólo puedo desearos que la disfrutéis tanto como podáis y… que la Fuerza os acompañe, por supuesto.



Lo mejor
-Luke Skywalker/Mark Hamill.
-Los efectos especiales.
-El conflicto Luke-Vader. Sublime.
-El triple clímax final.
Lo peor
-Algunas partes se estiran más de la cuenta, habiendo algo de relleno.

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